La mayoría fujimorista tiene la consigna – a estas alturas es innegable – de hacerle la vida lo más miserable posible al Ejecutivo. El Presidente del Consejo de Ministros tiene como consigna la paciencia infinita. No sé sí, como dice Santa Teresa, ésta “todo lo alcance” en esta oportunidad.
Fernando Zavala consiguió el voto de investidura después de 48 horas de escuchar pavadas de las que hoy no queda recuerdo alguno. Fue parte del juego del desprecio del fujimorismo [...]. También han conseguido modificar los plazos de la ley concursal para darle un respiro a La Oroya. Pero ahí se acabaron los triunfos de un gobierno que tiene mas de 60% de aprobación,
Con el pedido de facultades legislativas les esta yendo pésimo. Al estilo empresarial corporativo, Zavala cree que por las buenas, despacito, sin confrontar, con perfil bajo y haciendo ofertas las obtendrá. Anunciado el pedido desde 28 de julio, y presentado formalmente hace casi tres semanas, su solicitud ha sido enviada a diez Comisiones Legislativas. Leyó bien. ¡Diez Comisiones!, todas con mayoría fujimorista, que hacen circular a los Ministros, a veces a varias sesiones y a varias Comisiones, para luego dictaminar que no les van a dar nada [...].
¿Qué ha hecho PPK frente a esto? Primero empezar con un gesto de buena voluntad. Le regaló al fujimorismo y al aprismo la Defensoría del Pueblo elegida con los votos que hacían falta provistos por su bancada. Se allanaron, con la protesta de pocos, pero se allanaron. ¿Obtuvieron algo? Nada. Luego, ya con los Ministros sometidos a pasar largas e improductivas horas en el Congreso, el Ministro de Economía tuvo la genial idea de regalarles la Sunat. No es que el funcionario elegido no sea competente, tal vez lo sea, pero elegir al asesor de Keiko Fujimori y brazo derecho de Jaime Yoshimaya y fujimorista hasta hace cinco minutos no es casualidad. En política no hay casualidades. Y en algo ha tenido razón el Presidente Kuczynski. No fue un “toma y daca” porque de “daca”, no hay nada. Hay naca.
Pero ahí no ha quedado la cosa. Carlos Bruce vocero de Peruanos Por el Kambio (PPK) ofrece esta semana un simpático proyecto de ley de arresto domiciliario, que puede o no alcanzar a Alberto Fujimori, pero todos sabemos que, eventualmente, lo beneficiará. ¿Respuesta del fujimorismo? “Habla con mi mano” o algo así.
Es decir, desde el gobierno se deshacen en genuflexiones y cortesías. Hoy piden “reflexión” y “reconsideración”. Lo cierto es que ya les dijeron que no a cambiar el marco fiscal, reducir el IGV o aumentar el Impuesto a la Renta, así como darle facultades a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para que pueda – con permiso judicial – levantar secreto bancario y tributario como sucede en todas partes del mundo y como la propia Keiko Fujimori ofreció en campaña. Es decir, de lo sustancial, hasta ahora no les van a dar nada. ¿Y son acaso inconstitucionales los pedidos? No, no lo son [...].
Legislar vía decretos legislativos por facultades delegadas, al principio de un gobierno, es una práctica común. Si Keiko Fujimori hubiera sido Presidenta, aún con 73 congresistas, las hubiera pedido y se las hubieran dado en el día, dispensándose del debate de Comisiones como ya se ha hecho en otras oportunidades. Lo que necesitas es realizar algunos ajustes de inicio para poder gobernar mejor y eso requiere celeridad. Lo que parece querer el fujimorismo es que PPK gobierne lo peor posible, para que su popularidad descienda lo mas pronto posible y así provocar una situación de inestabilidad. Sino, no se entiende este despliegue de prepotencia. Porque eso es lo que esta ocurriendo. ¿No se dan cuenta en el gabinete Zavala? Supongo que sí. ¿No quiere el Presidente Kuczynski cambiar el rumbo para el bien de la economía peruana?
El Presidente y su Presidente del Consejo de Ministros tienen tres caminos. El primero, el que están andando, esperar, esperar y esperar. ¿Qué les darán? En algunas semanas, después de un largo desgaste político, muy poco o nada. Con eso se conformaran muy agradecidos y retrocederán haciendo reverencias. El segundo, retirar el pedido de facultades bajo protesta pública y remitir, con carácter de urgentes, todos y cada uno de los proyectos de ley que requieren para que los debata y apruebe el Congreso. Por lo menos los harán trabajar dictaminando no menos de 50 proyectos que es, por lo general, lo que termina convirtiéndose en ley luego de un periodo de facultades. Si no los aprueban, o aprueban cualquier disparate modificatorio, el gobierno podrá acusar con el dedo a los culpables, liberándose de toda responsabilidad.
El tercer camino, es el de la guerra caliente, abandonado esta silenciosa guerra fría. Tal vez es el camino esperado por Keiko Fujimori porque parece que lo estuviera provocando. Es decir, que el Presidente del Consejo de Ministros haga del proyecto de ley que otorga facultades legislativas “cuestión de confianza” y que de esa manera busque su propia censura. Una primera censura que le da paz al resto de los gabinetes para hacer cuestión de confianza lo que quieran por los próximos casi cuatro años. Las ventaja del gobierno al hacerlo ahora es que el Presidente esta en el tope de su popularidad y la denegatoria de facultades aparece cómo un acto caprichoso de animadversión gratuita. Tal vez, en el mejor escenario, no censuren a Zavala. Pero en el más pesimista de los resultados, PPK ganaría paz en el Congreso. Con dos gabinetes censurados nos vamos a elecciones parlamentarias y ahí el resultado puede ser muy distinto al de hoy y tal vez, muy desfavorable al fujimorismo [...]
Rosa María Palacios, 21 de septiembre de 2016
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